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domingo, 10 de noviembre de 2013




Cerca de diecisiete mil visitas en nueve semanas de vida de este blog, creo que bien merecen una explicación.
Un buen día, sería el mes de marzo de este mismo año, vino un joven a mi vida, y en un sueño me dijo: "¿Quieres contar mi historia?. Yo le contesté que no, que no me veía capacitado. Y él volvió a insistir. 
Para convencerme, me aseguró que yo sólo tendría que llevar las palabras y los hechos al papel. Que él haría el resto. 
Tomar una sabia decisión es sencillo cuando se tiene claro hacia donde se va. Pero yo en aquel momento no lo sabía. Tenía mucho trabajo por realizar y mucha información que obtener si quería contar la historia de Hubert Sasse y Josef Kaufer como merecían. Supongo que la disciplina y la constancia hicieron el resto. 
Actualmente faltan siete capítulos por incluir. Aunque no se si llegarán a ver la luz aquí. 
En breve tiempo, la novela será publicada en una conocida editorial y su clausula de exclusividad me impide que la misma aparezca en otro medio, por lo que no se si este será el final del blog, o tan solo un breve paréntesis. 
En todo caso no puedo dejar pasar la oportunidad sin agradecer el apoyo recibido por la gente que ha formado parte de este proyecto, bien por sus aportaciones o simplemente por sus palabras de felicitación y ánimos. 
¿Que puedo decir de Marta Kaufer o Maria Luise Erner?. No tengo palabras para expresar la gratitud que siento por que me permitieran entrar en sus vidas. Sin ellas nada de esto hubiera sido posible. Dani Janer Akerberg puso a mi disposición la ingente cantidad de información sobre el mundo de los U-Boots, en su página U-Historia. El historiador Jose Carlos Violat se convirtió en un "amigo", y con sus comentarios me animó a seguir adelante en muchas ocasiones. Él me hizo llegar los nombres de los tripulantes del U-755 y de los compañeros de Hubert que se encuentran enterrados en Cuacos de Yuste. 
Me gustaría expresar mi reconocimiento al señor Vicente Piqueres Monzonís. Ha sido otro colaborador que ayudó a modelar a los personajes de Mossén Elías, Juan Granell y, como no, de su padre, el maestro Vicente Piqueres. Mi amigo Jaime Ivars estuvo ahí desde el principio, incansable, con sus comentarios críticos y alentándome a seguir. Siempre empujándome hacia delante. Él fue quien me alentó a incluir en la novela mis experiencias durante la investigación que llevé a cabo. 
La desinteresada ayuda del Capitán de la US NAVY Jerry Masson hizo posible dar forma a los últimos días de patrulla del U-755 y las veintiséis horas en que los náufragos estuvieron a merced de las aguas del Mediterráneo.  Finalmente me gustaría tener un recuerdo especial a mi esposa Ana, por aguantar mi mal genio durante estos largos meses de trabajo. A Hubert Sasse, solo puedo decirle que espero haber estado a la altura y que para mí siempre será ese amigo "especial" que estará ahí siempre. Mis más sinceras disculpas si me olvido de alguien. 
Y recuerden que en cualquier cajón olvidado, siempre puede haber una bonita historia que espera paciente, a ser contada.


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